Al menos cinco personas atracan y disparan a dos vigilantes de
seguridad y huyen con bolsas de dinero del centro comercial Vallsur.
La Policía vigila todas las salidas de la ciudad tras barrer la zona
de la Cañada Real, lugar por el que, al parecer, salieron los
atracadores en coche y moto.
Un grupo integrado por al menos cinco personas armadas protagonizó
esta mañana un atraco en el centro comercial Vallsur e hirió a dos
vigilantes de seguridad, uno de ellos por un disparo.
Después
salieron huyendo en coche y moto con dos bolsas de dinero en
dirección a la Cañada Real, según informaron fuentes del Cuerpo
Nacional de Policía, que tiene controladas todas las salidas de la
ciudad después de barrer la zona por la que escaparon, aunque por el
momento no han conseguido dar con los autores del robo que durante
media hora sembró el pánico en el interior de estas instalaciones
ubicadas entre el Paseo de Zorrilla y el Camino Viejo de Simancas.
Los dos vigilantes se disponían a llevar la recaudación de las
tiendas al camión blindado que les espera a las puertas del centro
cuando fueron abordados por estas personas que iban con armas de
fuego, dos armas cortas y una escopeta de cañón recortado.
Según explicaron los testigos, sobre las 12.50 horas, se produjo un
forcejeo entre los atracadores y los vigilantes, golpeando a uno de
los asaltados en la cabeza al que ocasionaron una contusión. Más
tarde consiguen arrebatarles sus armas reglamentarias con las que,
al parecer, dispararon al otro en el glúteo.
El vigilante herido leve recibió el alta esta misma tarde, mientras
que el otro trabajador será intervenido quirúrgicamente en las
próximas horas para extraerle la bala, según fuentes de la
Consejería de Sanidad. F.B.F., de 47 años de edad, permanece en
estado grave en el Hospital Río Hortega y A.L.M., de 38, que se
encontraba en observación en el Clínico Universitario de la capital
abandonó ya el centro.
El Grupo de Atracos y Homicidios de la Brigada Provincial de Policía
Judicial está realizando todas las gestiones e investigaciones,
tendentes al esclarecimiento de los hechos y a la localización y
detención de los responsables de este hecho delictivo, según
informaron desde este Cuerpo.
Durante su huida, los atracadores encañonaron a Judith Rogero, una
joven dependienta de una tienda de zapatos situada a la entrada del
centro por el Paseo de Zorrilla, aunque no resultó herida, según
explicó ella misma a Ical. Según relató, se dirigía a tirar la
basura y vio gente corriendo y fue cuando escuchó los tiros.
Cuando
se dispuso a avisar a sus compañeros de otro local, un atracador la
agarró del pelo y la apuntó con una pistola, para después
golpearla. "Me apuntó con la pistola y sólo gritaba 'por favor no me
hagas nada'", aseguró entre lágrimas y con un fuerte nerviosismo.
Según explicaron testigos, los atracadores -entre cuatro o cinco
personas, que podrían ser extranjeros- iban vestidos con ropas
oscuras, tenían el pelo negro e iban a cara descubierta ocultando
sus ojos bajo unas gafas de sol. Algunas personas señalan que eran
cuatro hombres, tres jóvenes y uno mayor, según relató a Ical Blanca
Manzano que se encontraba trabajando en el interior del centro en
ese momento, pero que no vio nada. "Oí tres tiros y el primero pensé
que era un petardo", apuntó.
Ella, como muchas otras personas que se encontraban trabajando en
ese momento no pudieron ver nada, pero sí escuchar el sonido de los
disparos, hasta seis, según algunas versiones. La propietaria de un
establecimiento ubicado en la planta baja, donde se produjo el
tiroteo, recordó que les vio salir por la puerta lateral hacia la
Ronda Sur, aunque aseguró que no podía contar nada más.
Eva María Morales se encontraba trabajando en el bar situado justo
delante del lugar en el que el vigilante recibió el disparo. "He
oído gritar: ¡Quieto, quieto, quieto! y he visto al chico tirado en
el suelo dando patadas al atracador y le ha disparado en la pierna",
relató. Tal y como señaló, todavía presa del nerviosismo, se agachó
y escuchó otros dos disparos.
Por su parte, el propietario de otro establecimiento, Marcos Calvo,
sostuvo que minutos antes del atraco algunas personas les habían
visto sentados en un banco "con aspecto sospechoso, como vigilando",
en el otro extremo del centro, hacia la salida por el Camino Viejo
de Simancas.
Los primeros agentes del Cuerpo Nacional de Policía llevaron al
lugar apenas un minuto después de recibir el aviso y una vez en el
interior pidieron a las personas que quedaba que salieran fuera para
registrar las instalaciones por si pudiera haber algún sospechoso
escondido.
En ese momento, se produjeron de nuevo unos instantes de
miedo y confusión al ver a los funcionarios entrar armados y
revisando las locales. Pasados unos minutos y acordonada la zona en
la que tuvo lugar el tiroteo, dejaron que se reabrieran los
comercios, aunque muchos no lo hicieron.